El proyecto arquitectónico del Hospital General de Almansa diseña un edificio funcional de corte moderno, donde lo primero que llama la atención son sus grandes espacios, luminosidad, rincones y aires mediterráneos, así como un sistema de circulaciones bien estructuradas.
Así, se han diferenciado claramente: circulaciones de público y pacientes externos; y circulaciones de personal y pacientes ingresados.
GRACIAS A ESTA ESTRUCTURA SE CONSIGUE:
Una circulación de visitas a las unidades de hospitalización independiente, que no interfiere con el resto de circulaciones.
Doble accesibilidad a los Servicios Centrales para pacientes ambulatorios y pacientes ingresados, de manera que ambas se mantengan en todo momento separadas.
Circulaciones hoteleras y de servicio con máxima accesibilidad a las unidades de hospitalización y con mínima incidencia en las áreas de trabajo.
Circulaciones de máxima conexión entre las áreas de urgencias, servicios centrales, unidades de críticos y quirúrgicas y entre éstas y las unidades de hospitalización.
En el Hospital General de Almansa los ambientes son sosegados y luminosos, favoreciendo la realización de un trabajo asistencial en el que estos elementos son básicos como soporte de las relaciones adecuadas entre los pacientes y los profesionales sanitarios.
Se trata de una construcción horizontal y de baja altura con la mayor parte de los servicios asistenciales en la planta baja, que se acopla bien a su entorno enfrentando la claridad de sus formas a los vastos horizontes.
En definitiva, un edificio bien definido para su funcionamiento interno, con una estructura formal muy sencilla en base a un importante bloque de edificación en forma de L, que cuenta con cinco niveles y que abraza una amplia planta baja de forma rectangular.